Estamos amortizando la máquina de hacer pasta a lo loco. Ya hicimos tagliatelle y lasagna (qué guay soy, que lo pongo todo en italiani) y tocaban los spaghetti. Eso sí, cambiando la salsa para que no todo sea lo mismo.
Ingredientes para la salsa:
200ml de nata para cocinar
1 yema de huevo
1 paquete de cintas de bacon
2 cucharadas de parmigiano-reggiano en polvo
Pimienta
Preparación:
Si queréis hacer vosotros mismos los spaghetti con la máquina de hacer pasta, como en nuestro caso, tenéis una guía muy completa haciendo click aquí. Una vez tengáis la pasta cocida y escurrida, procedemos a preparar la salsa, que se hace en nada.
Empezamos calentando una sartén sobre la que pondremos las cintas de bacon, sin aceite, y dejamos que se doren y suelten grasilla, que será lo que dará sabor a nuestra salsa. Pasados unos minutos, y con el bacon dorado, echamos la nata y removemos bien, añadimos la yema de huevo batida y removemos rápidamente para evitar que la yema llegue a cuajar; tiene que mezclarse muy bien con la nata. Agregamos las dos cucharadas de parmigiano, la pimienta, removemos más hasta que todo esté bien incorporado y retiramos del fuego. Servimos un par de cucharadas por plato y listo para degustar.
Aquí usamos pimiento y parmigiano porque nos gustan los sabores fuertes, pero se puede sustituir el queso por mozzarella y reducir la cantidad de pimienta. Yo eché una cucharada de café colmada, podéis poner media si os parece demasiado, pero ya os digo que no pica y si no echáis suficiente se quedará algo sosa.
Para decorar podéis espolvorear un poco de orégano, o como nosotros, unas hojas de perejil.