Tarta de queso y tofu

Bueno, bueno, bueno. Estoy todavía que no me lo creo con esto del tofu, menudo descubrimiento. Desde hace años amigos veganos me hablan de él como si fuera la panacea, pero nunca me había animado a probarlo porque soy demasiado fan de la carne. Sin embargo, como estos días estoy dieta para no excederme con los dulces navideños me lancé a la piscina y fui a repasar concienzudamente los productos que hay en la sección bio de Alcampo. Me llamó la atención un paquetillo de dos hamburguesas de tofu a la provenzal, y como mi novio también tenía curiosidad las compramos. Madre mía, qué cosa más deliciosa. Así a la plancha, sin aceites, con un poco de lechuga, tomate, cebolla y pan integral estaba delicioso, de las mejores hamburguesas que había comido, ¡y ni siquiera llevaba carne! Obviamente no pudimos parar ahí, y decidimos buscar más usos del tofu hasta que encontramos el blog de Trespometes y una receta de tarta de queso y tofu, que además es apta para la dieta Dukan.



Lamentablemente no tengo fotos de la tarta entera, porque en cuanto enfrió la probamos y estaba tan rica que la dividimos en porciones para repartir entre amigos y familiares, pero podéis ver cómo queda (me quedó muy parecida que la original) pinchando arriba en Trespometes. Que por cierto, no dudéis en visitar el blog y probar también la tarta de chocolate, ¡es increíble!
Yo hice alguna variación en los ingredientes, os los dejo aquí.

Ingredientes:
4 huevos enteros y 4 claras
250gr de queso fresco batido 0% materia grasa
200gr de queso cottage 2.2% materia grasa
150gr de queso de untar ligth
150gr de tofu (silken, sedoso o japonés)
125ml de leche desnatada
45gr de leche en polvo
45gr de Maizena
4 cucharadas soperas de edulcorante líquido
1/2 sobre de levadura química
Rayadura de limón
Opcional: una cucharada sopera de esencia de vainilla

Preparación:
La preparación es muy sencilla. Empezamos engrasado el molde (yo usé Bake Easy de Wilton, pero ya sabéis que también está ahí el método infalible del enharinado con mantequilla) y precalentando el horno a 180º. Ahora sólo queda poner todo en un bol y batir concienzudamente hasta que tengáis una masa líquida, fina y suave, sin grumos. La vertéis en el molde y al horno durante 50 minutos. Cuando hayáis llegado a este tiempo dejáis enfriar dentro, como en cualquier tarta de queso horneada, y cuando esté fría la sacáis y a la nevera. Al día siguiente la sacáis y desmoldáis, y si queréis podéis poner mermelada encima. Nosotros pusimos una baja en grasas y en azúcares de frambuesa, y qué queréis que os diga... ¡estaba deliciosa!