Tarta de queso japonesa

Como somos muy cosmopolitas no nos cerramos en comidas típicas de un país y variamos hasta no saber dónde estamos. Algo que nos gusta mucho es adaptar platos a nuestros gustos, porque, sí, hay que variar y probar cosas, pero también hay que disfrutar de lo que gusta al paladar, ¿no?
Aprovechando la presencia de nuestra amiga, la del reloj calculadora, (te mola el pseudónimo, ¿eh? Y ahora seguro que sonríes porque lo estás leyendo y sabes que hablo de ti) decidimos preparar una cena para pasar un rato juntos, y, cómo no, de temática oriental. Nos faltaban los trajes de geishas, pero bueno, el espíritu de Mulán estaba en el ambiente. Y por eso, que después de todo el rollo siempre viene el meollo, preparé para el postre una tarta de queso al estilo japonés, en concreto la que nos presentan en Uno de Dos



Ingredientes:
250gr de mascarpone
200gr de queso para untar
55gr de mantequilla
100ml de leche
6 huevos
150gr de azúcar
60gr de harina
20gr de Maizena
1 sobre blanco de gasificante Hacendado
1 cucharadita de esencia de limón
Ralladura de limón
1 pizca de sal

Preparación:
Empezamos poniendo en un cazo a fuego suave los dos quesos, la mantequilla, la leche y el azúcar, y calentamos todo hasta que tengamos una mezcla homogénea, sin que hierva. En cuanto tengamos esto retiramos del fuego y dejamos que enfríe. En este momento precalentamos el horno a 180º, y mientras el cazo enfría y el horno caliente vamos separando las yemas de las claras, añadiendo las yemas al cazo y mezclando bien. Una vez las yemas estén bien integradas ponemos en el cazo la esencia, la harina y la maizena tamizadas y volvemos a mezclar hasta que esté de nuevo homogéneo. Montamos las claras a punto de nieve con el sobre de gasificante Hacendado (ojo, sólo el blanco) y juntamos con la masa del cazo, incorporando las claras con movimientos envolventes para que no se baje la mezcla. Por último, engrasamos el molde, lo cubrimos con papel de aluminio y horneamos al baño maría durante una hora a 150º. Ya sabéis que como cada horno es un mundo hay que vigilar y pinchar para saber si está hecho antes o después de la hora pautada. Una vez hayamos pinchado y el palillo salga limpio apagamos el horno y dejamos enfriar la tarta dentro del horno, la sacamos y podemos meterla a la nevera unas horas antes de servirse.


*Anotaciones: el baño maría lo hice poniendo agua en la bandeja del horno (gracias otra vez por el consejo, Carolina), ya que cubría hasta casi la mitad del molde. Usé las Wilton Bake Even Strips para que la tarta quedara lo más recta posible y evitar que los bordes quedaran demasiado hechos al no llegar el agua hasta arriba. A los veinte minutos de tener la tarta en el horno tuve que cubrirla con papel de aluminio porque ya se me estaba dorando, pero no estaba hecha, y en mi horno a los 45minutos estaba cuajada y hecha. Poned el azúcar glas cuando esté fría antes de servir, si lo ponéis en caliente lo absorberá la tarta.Tened en cuenta estos datos a la hora de hacerla.



En mi afán por hacer cuantas tartas de queso existan en el mundo, debo decir que esta ha sido de las mejores. No sólo la textura es un placer, cremosa y esponjosa, si no que al comerla se deshace en la boca, casi como una mousse y quitándonos de la cabeza la típica imagen de tarta de queso. Además, la presentación casi obligatoria de esta tarta es muy sencilla, no lleva más que azúcar glas, y tampoco necesita complementos porque el sabor destaca por sí solo (yo puse esas nueces porque pinché con un palo gordote y me dejó un agujerito poco estético que había que disimular).