Focaccia casera

Últimamente estamos que lo partimos con la internacionalidad y pasamos del typical Spanish porque la comida de fuera también mola (¿qué mola que te partes? ¡Nueva Zelanda mola que te partes!). Mi novio no paraba de decir que la focaccia estaba muy rica y que él la había comido con carpaccio sabrosón, así que, ante nuestra imposibilidad de encontrarla por ahí y acabar antes, decidimos hacerla en casa y ver qué pasaba.




Tiene buena pinta, ¿no? Aunque os parezca una base de pizza o un plan muy aplastado, os diré que tenéis mitad razón mitad no. La focaccia es parecida a la base de pizza, de hecho llevan más o menos la misma masa, pero mientras la pizza lleva una base de tomate y mozzarella ésta se aliña con aceite y sal gruesa por norma general, aunque también se hacen muchas variaciones. Ésta en concreto lleva aceitunas y minichampiñones laminados con un aliño de aceite picante y hierbas provenzales, y vosotros podéis poner lo que queráis por encima: tomate cherry, pepperoni, chorizo, taquitos de jamón, bacon... Admite muchas posibilidades, y lo mejor es que se puede comer solo o acompañado de algo más, poniéndolo por encima a modo de tosta  o por dentro como si fuera un bocata si hacéis una masa más gordita. Yo la hice más fina porque soy más de poner cosas por encima que por dentro, pero vamos, como os apetezca más.

Ingredientes:
400gr de harina (y unos 100gr más para el amasado)
12gr de levadura de fresca
Un vaso de agua tibia
Un chorrito de aceite de oliva
Una pizca de sal
Una pizca de azúcar
Especias al gusto (orégano para la masa y hierbas provenzales)
Un chorrito de aceite picante
Aceitunas
Champiñones

Preparación:
Lo primero que necesitamos es amasar. Ponemos en un bol la harina, la sal, el azúcar y las especias (en este caso orégano) y el aceite y disolvemos la levadura en el vaso de agua tibia. Cuando la levadura esté disuelta la ponemos en el bol y empezamos a mezclar todo. Si vemos que la masa está seca vamos echando más agua tibia poco a poco. Mezclamos y mezclamos bien, unos siete u ocho minutos, y cuando tengamos una masa flexible que no se pega, ponemos harina en una mesa y nos disponemos a amasar y a trabajar la masa. Recordad que cuanto más amaséis y mezcléis todo más tierna os va a quedar la focaccia. En cuanto tengamos todo listo, pasados unos cinco minutos más o menos, la volvemos a poner el bol y lo cubrimos con un paño húmero para que leve, lo que nos llevará sobre una hora. Cuando la masa haya doblado su tamaño la extendemos sobre la bandeja del horno haciendo pequeñas marcas con los dedos, volvemos a taparla con el paño y esperamos a que vuelva a levar. Una vez haya levado de nuevo calentamos el horno a 180º, mezclamos en el aceite hierbas provenzales y pintamos la masa con una brocha de cocina para después colocar, semihundidas, las aceitunas y los champiñones laminados. Por último ponemos sal por encima, si es gruesa mejor, y horneamos unos cuarenta minutos o hasta que veamos que está dorada y hecha.



Este pan puede tomarse calentito y tostado o frío, aquí os pongo unos ejemplos de cómo nos hicimos unos ricos bocaditos. Para mi novio puse una lámina de carpaccio con unos trozitos de queso parmiggiano y encima unas hojitas de rúcula con una gotita de aceite de oliva.



Yo hice a la plancha un poco de provolone y lo coroné con una rodaja de tomate pera, rúcula y aceite aromatizado con orégano.