Tarta de Frambuesas y Chocolate Blanco

¿Qué día es hoy? ¿Eh? ¿Eh? ¿No es día 20? ¡Sí! ¿Y qué pasa todos los días 20? ¡¡Desafío!! Y además el de este mes es especial, porque este gloriosísimo grupo cumple un añito y nos hemos unido para celebrarlo con una buena tarta de cumpleaños.
Al contrario que el resto de los meses, esta vez las desafiadoras fueron todas nuestras bosses, y nos retaron a preparar una tarta de nuestra elección. Así que, lógicamente, esta es la que preparé yo: tarta de frambuesas y chocolate blanco.


A la hora de hacerla cometí algunos errores que hacen que estéticamente no sea tal y como yo la había pensado, aunque de sabor está buenísima, os comentaré algunos detalles para que a vosotros os salga preciosa.


Ingredientes para tres moldes de unos 18cm (modificación de la bica blanca de Unodedos):
9 claras de huevo
400gr de azúcar
400gr de harina de trigo tamizada
375ml de nata para montar
1 cucharada sopera de esencia de vainilla (no Vahiné)
1 bote de confetti de azúcar (no Vahiné)

Preparación:
Precalentamos el horno a 200º, y empezamos montando la nata y reservando. A continuación montamos las claras con el azúcar y la vainilla, y cuando estén a punto de nieve empezamos a agregar poco a poco la harina batiendo con cuidado para que las claras no se nos bajen. En cuanto la harina esté bien incorporada, añadimos la nata montada y los confettis, mezclando esta vez a mano con movimientos envolventes hasta que se integre en su totalidad. Repartimos la masa en tres moldes (yo usé los desechables del Mercadona) y horneamos 30 minutos a 180º cada molde por separado.

Ingredientes para la cobertura y relleno:
250ml de nata para montar
250gr de chocolate blanco para fundir
1 bote de mermelada de frambuesas

Preparación:
Para la cobertura calentamos en un cazo la nata, y sin que hierva añadimos el chocolate blanco troceado removiendo bien hasta que se disuelva en su totalidad. Dejamos enfriar a temperatura ambiente y después lo metemos en la nevera para que enfríe o bien varias horas o toda una noche. En cuanto esté bien frío se bate a velocidad rápida hasta que se quede como la nata montada.
Obviamente para el relleno de frambuesa no hace falta nada más que el bote de mermelada. 


Montaje:
Empezamos nivelando todos los bizcochos para que estén lo más rectos posibles, ponemos un bizcocho sobre una base de tartas giratoria y a continuación lo bañamos con una capa fina de mermelada, y el siguiente, dejando la última capa libre para que no se nos mezcle con la nata y quede un churro rosáceo feote. Y ahora viene la parte divertida: hacer que la cobertura de la tarta tenga unos bordes lo más rectos posibles. Esto es mucho más fácil de conseguir cuando la cobertura tiene la consistencia de la Nutella, yo sin embargo tenía la consistencia de una nata montada, pero bueno, me apañé. Para hacerlo tendréis que coger un cartón y recortarlo de forma que sea como un centímetro más ancho que nuestra tarta, lo cubrimos de papel aluminio apretando bien los bordes para que quede liso y lo ponemos sobre la tapa de nuestra tarta, centrado. Empezamos a extender la cobertura con ayuda de una espátula, de abajo a arriba, y en cuanto hayamos puesto una capa gorda colocamos un rascador tocando el borde del cartón y la base giratoria, así que sólo nos queda girar y girar hasta que tengamos el borde bien recto. Si vemos que aparecen agujeros por alguna burbuja basta con coger más cobertura, extenderla en esa zona, y volver a pasar el rascador girando de nuevo la base. 
Sé que esto puede sonar muy raro, así que os he hecho una guía en imágenes (ya, lo sé, son fotos cutres, pero es porque están hechas con el móvil y en mi mesa no hay mucha luz) para entender mejor este proceso.

Y os preguntaréis, ¿por qué usas una regla? Porque para cuando me di cuenta mi rascador no llegaba a cubrir toda la tarta de alto, y los cuchillos se doblaban, así que recurrí al material que tenía en casa porque aquí no tengo ninguna tienda de repostería cerca. La verdad es que es una opción cutre, pero efectiva, que os sacará de más de un apuro. 
Para la parte de arriba hacemos el mismo proceso: con la espátula extendemos la cobertura y con la regla lo alisamos. 
Para terminar la tarta, con poner unos puntos de chocolate blanco con la manga y unas frambuesas encima de cada uno basta para obtener un resultado vistoso.


Además, la combinación entre el blanco de la cobertura y el rojo de las frambuesas queda muy bien, así como la acidez de la mermelada de frambuesa y la dulzura del chocolate blanco se equilibran en cuanto a sabor, sin resultar ninguno excesivo o empalagoso.


Y ahora os explico el por qué estéticamente no quedó como yo quería. Principalmente fue porque esperaba una cobertura mucho más espesa, tipo Nutella, y cuando pensé que estaba así resulta que no, estaba mucho más líquida de lo que esperaba y la única forma que se me ocurrió de poder usar ese chocolate blanco fue probar a ver qué pasaba si lo batía. Vi que se montaba cual nata y decidí usarlo así, por lo que los bordes no me quedaron perfectamente rectos. 
Además, quería hacer una de esas tartas funfetti que tanto me gustan, que llevan confettis de azúcar de colores mezclados en la masa y que, con la cocción, se derriten, por lo que al cortarla te encuentras con un montón de pintas de color preciosas. Peeero, como os digo no tengo ninguna tienda cerca (hay una a quince minutos en coche pero no tenían confettis) y usé medio bote de Vahiné a ver qué pasaba. Lo primero es que fueron pocos, y lo segundo tienen los colores tan apagados que tampoco quedó muy allá. Lo mejor para hacer este tipo de tarta es usar los de Funcakes, que tienen colores más vivos que sí se funden bien en la masa.
Por último, aclarar el por qué no os recomiendo la vainilla Vahiné (vais a pensar que hago boicot a la marca). Lo primero es porque en este caso en concreto quería un bizcocho blanco, por eso sólo usé claras, y esa vainilla al ser oscuro me lo teñiría y perdería ese concepto blanco-rojo que quería. Lo segundo, es que para mi gusto no saboriza prácticamente nada. No es necesario que vayáis a tiendas especializadas, en muchos supermercados tienen unos botecitos pequeños de esencias concentradas de anís, limón y vainilla de marca Pozo, que son incoloras y que con una cucharadita de café saborizan que da gusto. Si tenéis la oportunidad probad esta marca, os gustará y no compraréis otra.


Por último, quiero felicitar a las bosses Carolina, Mabel, M Luz, Rocío, Carmen, Nina y Mila por haber llevado a cabo este proyecto, y por tratarnos tan bien siempre. También, a todos mis compañeros del desafío, de los que aprendo cada día. Espero que este sea el primer cumpleaños de muchos más.


Y ya sabéis, si queréis ver las preciosas tartas de mis compañeros, sólo tenéis que hacer click aquí.




ACTUALIZACIÓN:

Después de presentar este postre al concurso "Tu receta más dulce", de Postreadicción y Galletilandia, resultó la ganadora del primer premio entre más de cien recetas participantes.