El día 20 llegó, y con él un nuevo desafío. Este mes tocaba salado, y de la mano de la boss Rocío, desde Chismes y Cacharros, se nos propuso hacer una receta tradicional de cuaresma que llevara bacalao. Me llevé las manos a la cabeza, porque el sabor de ese pescado me aterra, pero me tiré a la piscina y así surgió la empanada de millo (maíz en Galicia) con bacalao, obviamente.
Pasada ya la hora empezamos con la empanada. Precalentamos el horno a 200º, forramos el molde con papel de horno y vamos cogiendo bolitas de masa, la aplastamos con las manos y la vamos poniendo en el molde. Hacer la parte de abajo se parece a la base de galletas de las tartas: hay que ir apretando hasta cubrir toda la superficie. Con la base ya preparada ponemos encima el relleno, extendiendo bien, y procedemos a cubrir la empanada. Este proceso es quizá más complejo, ya que no se puede apretar como en la base porque si no la masa se hunde en el relleno, así que hay que ir aplastando poco a poco con la mano y colocar la masa tipo parche hasta cubrir todo. Horneamos a 190º durante 40 minutos, y listo para degustar.
Como veis, no es la comida más bonita del mundo. Tiene un aspecto desértico, y no tiene nada que ver con las preciosas fotos de la masa de Merceditas, pero de sabor estaba muy bien. Crujiente, pero no demasiado, y además con el sabor especial del maíz.
Si, como a mí, no os gusta el bacalao podéis cambiar el relleno y hacer muchas variaciones: pulpo, berberecho, mejillones, carne... La base del sofrito siempre es la misma, a eso se le añade lo que es el relleno en sí y empanada lista. De hecho yo pienso volver a hacer esta masa, pero rellena de atún.
Aunque yo sólo la probé y no tengo mucho que decir sobre ella, los que la comieron la disfrutaron mucho y me dijeron que estaba muy rica. Para hacerla hice un mix entre una receta casera, de mi madre, y otra de Merceditas Bakery, ya que en casa nunca se hizo nada con harina de maíz (ojo, no vale Maizena, ni la de arepas).
Ingredientes para el relleno:
1 cebolla
1/2 pimiento verde
1/2 pimiento rojo
1 tomate grande
Bacalao (unos 300-350gr)
Ingredientes para la masa:
500gr de harina de maíz blanca o amarilla
100gr de harina de trigo integral
12,5 gr de levadura fresca
100ml de aceite del sofrito
200ml de agua templada
Sal
Preparación:
Si es fresco ignorad este paso, pero si es salado tenéis que ponerlo en agua a desalar un día o dos dependiendo del grosor, si es fino con ponerlo el día anterior es suficiente, si es gordo habría que tenerlo entre 48 y 36 horas. En ambos casos lo recomendable es cambiar el agua tres veces al día. Una vez lo tengamos desalado lo cocemos en una olla durante diez minutos, lo escurrimos y dejamos que enfríe un poco mientras picamos bien la cebolla, los pimientos y el tomate. Empezamos a sofreír la cebolla y el pimiento a fuego suave para que pochen, y mientras vamos desmigando el bacalao, quitando piel y espinas. En cuanto tengamos la cebolla y los pimientos pochados (5-10min), añadimos el tomate, sal y opcionalmente un poco de pimentón. Con todo pochado escurrimos bien el aceite en un plato con la ayuda de un escurridor, volvemos a poner el sofrito en la sartén y añadimos el bacalao desmigado y un chorrito de salsa de tomate para que quede más tierno. Lo dejamos un par de minutos, apagamos del fuego y retiramos para que enfríe.
Ahora nos toca ponernos con la masa. Ponemos las dos harinas con la sal en un bol, diluimos la levadura en el agua templada y vertemos el agua y el aceite del sofrito. Si el aceite no llega a los 100ml rellenamos con aceite de oliva suave. Mezclamos todo con las manos hasta que esté compacto, pero no os preocupéis, esta masa tiene un aspecto arenoso y se desmiga, y dejamos reposar durante una hora con el bol cubierto.
Pasada ya la hora empezamos con la empanada. Precalentamos el horno a 200º, forramos el molde con papel de horno y vamos cogiendo bolitas de masa, la aplastamos con las manos y la vamos poniendo en el molde. Hacer la parte de abajo se parece a la base de galletas de las tartas: hay que ir apretando hasta cubrir toda la superficie. Con la base ya preparada ponemos encima el relleno, extendiendo bien, y procedemos a cubrir la empanada. Este proceso es quizá más complejo, ya que no se puede apretar como en la base porque si no la masa se hunde en el relleno, así que hay que ir aplastando poco a poco con la mano y colocar la masa tipo parche hasta cubrir todo. Horneamos a 190º durante 40 minutos, y listo para degustar.
Como veis, no es la comida más bonita del mundo. Tiene un aspecto desértico, y no tiene nada que ver con las preciosas fotos de la masa de Merceditas, pero de sabor estaba muy bien. Crujiente, pero no demasiado, y además con el sabor especial del maíz.
Si, como a mí, no os gusta el bacalao podéis cambiar el relleno y hacer muchas variaciones: pulpo, berberecho, mejillones, carne... La base del sofrito siempre es la misma, a eso se le añade lo que es el relleno en sí y empanada lista. De hecho yo pienso volver a hacer esta masa, pero rellena de atún.
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